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Soy mi cielo, soy mi rio, soy yo aire, soy fragancia. Esta tarde se ha vuelto el aire como perfume azul de otro sueño

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viernes, 21 de agosto de 2009

Cartas a otros cielos



Carta a M.E.

(..)te escribo ahora, mientras, un pajarito de pico puntiagudo toca en mi ventanal, es mi amigo de cada día en este maravilloso silencio que me rodea. Hay uno de ellos en cada ventana de mi casa. Uno en mí taller, donde una trinitaria abriga a un enorme ficus y un jazmín me pide a gritos que no lo olvide. Otra ave fuera de mi estudio biblioteca donde un mango ha sido dejado en libertad de crecer sin reservas ni limites, uno fuera de mi habitación que picotea a las 6 y 30 para decirme que es hora.. y yo le golpeo el vidrio sin correr las cortinas para espantarlo…cuando tengo sueño…y otro, en el pequeño taller donde E….. me fabrica los marcos y los telares de mis lienzos. En esa ventana se ha desprendido una goma y la usa el pajarito para columpiarse.. Y te escribo…mientras los hijos pájaros despliegan trinos, no necesito música para llenarme el espíritu, la naturaleza me abriga el silencio.

Y hablando de libros, acabo de sacar de mi biblioteca uno, sabes, me gusta buscar frases en ellos, como si fueran oráculos, algo me lleva siempre a abrir sus páginas, y comenzar a interrogarlos. Claro, los títulos son como puertas de laberintos, es decir, se que ese titulo puede llevarme a lo que estoy deseando saber. O, como ahora, abrirme las ventanas de recuerdos, y como rememorar es vivir!!! Y es mejor que cuando se vivió, pues la memoria selecciona buenos o malos recuerdos, atendiendo al grado de masoquismo que poseamos, aunque prefiero los buenos, los que causan sonrisas o enseñanzas.
Así que, saqué de entre empolvados tomos: Teoría del símbolo de Tzvetan Todorov, de Monteavila Editores, es uno de esos libros sencillamente encuadernados, que guardo de mis tiempos de asistir a los talleres de cuento y poesía en la U C, Estaba entonces de profesor un viejo amigo de juventud de mis hermanas, y me le presenté una tarde, puntual a las 2 y 30 recibiendo un regaño por ser tan puntual. – ¿Tú te crees que estamos en Inglaterra?- me dijo. Cosa que aun me hace reír…
Era la única mayor entre tantos jóvenes ventiañeros, yo paseaba por los recién cumplidos cuarenta, o tal vez más... no se por cual razón siempre olvido los años que tenía exactamente en otros tiempos, (pienso que estoy por olvidar también los que tengo.. me he percatado que tengo aversión a las matemáticas.
Divago…Te decía, asistí a esas clases, con mi portafolio de poemas de toda la vida, y aunque nunca logré que me dieran un certificado de asistencia, ni llegué a mostrarles todos mis poemas, aprendí, no solo de poesías y poetas.. me alimenté de la juventud que me rodeaba y de su lanzarse hacia la vida sin temores… En los talleres de cuento corto aprendí a reducir al máximo mis narraciones y fue sorprendente como seis páginas, por ejemplo, podía convertirlas en una cuartilla, diciendo lo mismo y hasta más. Escribí unos cuantos, pero solo han formado parte de mi vida…desconocí siempre el modo de llegar a publicarlos o tal vez no me interesé a fondo por saberlo. Los blogs me han dado la posibilidad de hacerlos existir más allá de mis muros de pájaros, mi bosque de ficus y trinitarias, y mi gigante mango.

. Prefiero el sonido de las aves picoteando en mis ventanales. En la voz del ficus amando la trinitaria que sobre sus ramas reposa, y el jazmin que me pide a gritos que lo acaricie que lo tengo olvidado. A veces pienso arreglar la goma de la ventana, pero no, como se columpiaría el pájaro que la ha escogido para mecerse en ella.
Mientras espero, hay un cuadro que me espera, con un ángel roto que apenas esboza en el fondo verde rasgado con palabras, y una diosa que está en mi mente y que lucha conmigo para que yo la haga agua clara cielo azul, y un Hundertwasser que me habla de sus cinco pieles que me ha atrapado en estos días. Y así, te escribo una larga carta.

Un abrazo de cielo azul. Con afecto infinito.
P.D. Ahora abro el libro y te leo la frase. He aquí :
“(…) La lengua e los primeros hombres no fue, pues, en cierto modo, más que el eco de la naturaleza en la conciencia humana” ( Pág.136) (…) A. W. Schelegel resume de manera festiva esas teorías:
“He aquí, pues, los primeros hombres, que además de lanzar gritos inarticulados, de alegría, de dolor, de cólera, se dedicaban a silbar como la tempestad, a mugir como olas de mar agitado, a hacer con la voz el estrépito de las piedras que ruedan, a aullar como lobos, a arrullar como palomas, a rebuznar como asnos.”

Que te dije!! Funciona….!!! A mi me funciona.
Un abrazo lleno de azules….

1 comentario:

María Elisa Quiaro dijo...

la carta es hermosa y mágica. La foto del azul infinito que nos cubre, perfecta.

Dedicatoria

A mi madre, luna plateada,que alumbra mi cielo cuando se oscurece.

este cielo

Este cielo
es solo un pedestal de luna
que cuando llueve
todo es poseído.

Como en un espejo claro
yo puedo andar este cielo invertido
con mi cara entre luz y espejo

En el punto horizontal del infinito,
donde tierra y espacio juegan con las pupilas,
y las retinas se impregnan de lejanía,
allí detuve mis pasos,
miré la distancia,
y vi
lo que otros me han dicho se llama
celeste.
Para escuchar y soñar
la noche
se detiene de espaldas.

Y en las horas cavernarias,
en un festín de estrellas
las sombras huelen a furor,
a río que suena,
a escarabajos,
a cazadores de miradas perdidas.

11-02-05