presentaciòn

Soy mi cielo, soy mi rio, soy yo aire, soy fragancia. Esta tarde se ha vuelto el aire como perfume azul de otro sueño

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martes, 19 de octubre de 2010

MIS LIMITES




Al norte
las ideas y los sueños
esperan el alba.

Al sur
desnudos los pasos
reposan la vida.

Al este
la mano contiene aprisionada
el cuerpo de una rosa que no hiere.

Al frente el lirio solitario
espera la palabra que no llega,
planeta desierto
donde duermen los ángeles con las alas cerradas.

El cuerpo derriba su corazón
En el silencio de la palabra.

Anna Fioravanti 2004

lunes, 18 de octubre de 2010

DELIRIO


Delirio


Una línea rasga el espacio,
delirio,
distancia entre el hombre
y el infinito.

Tan alta como el todo,
se quiebra en espejismo,
arrastra.

Ira,
Fuego,
sonrisa vertical de dientes oblicuos,
en el laberinto nocturno,
de la noche atormentada.
¿Temor?

Inicio de la vida.

Y el eco responde:

Confianza,
amor,
sonrisa.

-¡No pasa nada! -
Dice mi madre,
-Solo es Dios que parpadea-

Anna Fioravanti

lunes, 4 de octubre de 2010

AVE DEL PARAISO




Se me ha quedado la piel
entre las sábanas,
enredada en sus pliegues,
diluida en sus aromas.

El sol golpea la ventana pidiendo entrar.

¿Y si al llegar la luz se desvanece el sueño?

Y yo, me aferro a la luna hasta sofocarme.

No desando el camino,
la orden del corazón no pasa de largo.

Danzo con tu canto
y tus colores.

¡ Ave del paraíso!

viernes, 27 de agosto de 2010

DIARIO AZUL


Diario azul
a mi padre

Tu recuerdo
es como luz de luna sobre la llanura
que se pierde en las faldas de una nube viajera.
Tu voz
Se ha dormido en mi espalda
Y a veces, pesa de ausencias.
Tu risa se entremezcla en palabras
De un diario azul
En el que me nombras
Y yo,
Te hago llanto a veces.
solo a veces,
cuando te recuerdo.

Anna Fioravanti

viernes, 13 de agosto de 2010

DE LA SERIE CARTAS A OTROS CIELOS: Pájaros sin pájaros


A Guillermo

Fue hace mucho tiempo, en una feria del libro, de esas maravillosas ferias donde puedes caminar entre estantes atiborrados de textos, y quisieras quedarte anclado en cada uno de esos stands, o poseer un tesoro inagotable en tus bolsillos para adquirir la mayor parte. Y entonces piensas, para justificar el sueño irrealizable, que no te alcanzará la vida para leerlos, y los compras igual, todos cuantos te alcance el bolsillo, con la esperanza de que la vida te alcance. Decía, una vez, en una feria del libro, me fueron obsequiados para mi asombro y placer, unas maravillosas revistas, de calidad óptima, tanto en contenido como en su material de elaboración. Al preguntar el precio de las revistas, me dijeron que tomara todas las que quisiera, abrí la boca asombrada, creo que si las tuviera, el amable vendedor hubiera visto mis amígdalas, y luego de casi gritarle jubilosa: “gracias”, ni corta ni perezosa coloqué en mi bolsa ya repleta, cuanta revista podía meter en ella. No me detuvo ni el peso de la carga que ya era mucho, ni el pensar que se romperían las bolsas. Al contrario, tuve el descaro de pedir si me podía obsequiar una.
Los que amamos leer sabemos lo que significa el placer de comprar un libro que nos interese, de mi parte, soy una entusiasta compradora de textos que son afines a mis búsquedas, y que llegan a ocupar un espacio en mi biblioteca personal, donde cada vez que un nuevo libro se suma a su universo, me hace pensar en Borges y su Biblioteca de Babel, cuando contemplo extasiada y feliz: “el universo que otros llaman la Biblioteca”.
En ese entrañable y amado universo, que es mi refugio preferido, donde los libros caminan y se mueven como si tuvieran vida propia, pues nunca los encuentro donde creo deberían estar, y a veces parten sin retorno, los libros se hacen cadena de ideas, donde las palabras, o las frases me conducen a otros textos y mi escritorio se transmuta en colinas al alcance de mis manos. En ese mágico universo que me pertenece, busqué una de esas revistas, la abrí, y encontré un poema, y me vino a la mente tu partitura de aves, tu fotografía hecha de golondrinas y garzas, sobre los cables de luz, para sugerirnos una melodía hecha de sonidos personales, aquellos que nos habitan la memoria y se quedan para nutrirnos o desnutrirnos el alma.
Quiero copiarte el poema y darte una imagen, esa imagen que acompaña esta carta que te escribo la tomó E. quien no sabe sacar fotografías, pues no es fotógrafo, pero sabe capturar con su sensibilidad, momentos mágicos.
Para ti, amigo, el poema de Eugenio Montejo: Pájaros sin pájaros, fechado 2005 y publicado en esa maravillosa revista:

Pájaros sin pájaros

No, por supuesto, pájaros novicios
de canto incierto desigual o falso.
Otros sonidos y otras alas.
Hablo de todo Schubert entre vuelos errantes,
del rapto oído en un gorjeo
que suba a más
octava por octava.
Hablo de pájaros sin yo, sin ningún pico,
celestes y sin patas,
pájaros que sean tan solo música
el ascenso más alto de los aires.
No por supuesto, pájaros tenores,
gordos falsarios de pesadas plumas,
sino flechas que se desprenden de alguna partitura
o al cielo suban o más allá sin pausa,
arrebatando el corazón de quien escuche
y agradecido calle….
Deben creerme. Hablo de sones puros,
de pájaros sin pájaros.

Poema:Eugenio Montejo, 6 Poemas inéditos.

Anna Fioravanti 2010.

martes, 3 de agosto de 2010

DE LA SERIE CARTAS A OTROS CIELOS :Una tarde de lluvia


Dedicado : a quienes hacen de la amistad un lazo y de la lealtad una ley.
"Cuando llueve comparto mi paraguas, si no tengo paraguas comparto la lluvia"

Se llamaban a ellas mismas las tres mosqueteras, por aquello de: "siempre juntas", y vaya a saber cual era invisible de ellas, pues como los tres mosqueteros, ellas eran cuatro. Las cuatro mujeres, aquella tarde, intercambiarían confidencias. Cada una se dejaría llevar por la nostalgia. Solo que ahora, aún no lo presentían.
Sentadas cómodamente en las butacas de la sala, sorbían un te de rosas.
Sobre la mesita: pastel de bajas calorías, azúcar dietética, rodajitas de limón. En fin, un té entre amigas que estaban a dieta.
Aquella tarde la anfitriona era Clara.

El liquido ambarino hacia vapor en los lentes de Marta, a ella no le causaba mucha gracia tener que usarlos, le había costado buen trabajo adaptarse. Ahora, era lo primero que buscaba al levantarse y lo ultimo que acariciaba antes de conciliar el sueño.

Un trueno anunció que pronto llovería a cantaros. Marta miró a sus compañeras a través de los lentes empañados, mientras las escuchaba reírse por cualquier tontería. Ella les hacía eco cada vez que reían. Pero en verdad sus pensamientos estaban lejos, Habían retrocedido en el tiempo. Recordaban otras tardes de lluvia.

Clara no paraba de ofrecer pastel y llenar los vasos de té, ofrecer leche o limón, y preguntar cuanto azúcar.
Luisa detuvo la amena charla:
- ¡ Dios míiiio que palo de aaagua!- Dijo Luisa mirando a sus amigas.
Y las cuatro comenzaron a reírse sin saber en verdad cual era la causa de la risa.
- Si- Dijo Marta - Llueve – lo dijo con tristeza, aunque acompañó la frase con una sonora carcajada. Las otras tres mujeres repitieron asintiendo.
_ Si. Llueve.- dijo una
- Es verdad llueve.- asintió la otra
- Ujum – dijo Luisa.
- ¿ Más té?- preguntó Clara
-No- respondieron las otras. Y todas rieron.
-Ya no puedo irme.- dijo Valeria – me toca esperar que escampe.-
- Cierto.- dijo Marta
- Humm.- farfulló Luisa llenándose la boca de pastel con pocas calorias.
La lluvia golpeaba los vidrios con fuerza.
Las mujeres se acomodaron en los sillones. Marta se sentó sobre la butaca entrecruzando las piernas, como había aprendido en sus clases de Yoga, lo hacía siempre cuando estaba con sus amigas, era un modo de estar con ellas sin apartase de su isla personal, hacia el circulo, anudaba sus tobillos, descansaba las manos en su regazo, y escuchaba, ella reconocía que era una forma de autismo programado. De ese modo podía estar y “marcharse” sin que nadie se percatara, pues siempre estaba allí aun sin estar. Pero esta vez la lluvia le hizo buscar a tiendas el cojín a su espalda. Acomodó el almohadón entre los brazos, lo apretó con fuerza, luego dejó caer su cabeza hacia atrás, apoyándose en el respaldo mullido del asiento de tela.
Valeria, por su parte, se sentó suavemente sobre la alfombra, parecía un sensual reptil de piel muy blanca, subió las piernas doblando las rodillas, las abrazó y apoyó de medio lado la cabeza sobre ellas, solo alcanzaba a mirar a Luisa que seguía llevándose pasteles a la boca. Y sintió que aquello la estaba molestando sin saber por qué.
Clara, miraba todo lo que había sobre la mesa, y comenzó a servirse té sin azúcar, un pequeño trozo de pastel, pero no lo tocó. Quedó allí, intacto, sobre la mesa.
Luisa de pronto pareció percatarse del silencio de sus amigas. De la mirada de Valeria y tragó. Solo entonces se dio cuenta que el silencio estaba alcanzando sonidos aún más agudos que sus risas.
La lluvia seguía golpeando con fuerza el cristal de la ventana.
Hey ¿ qué pasa? – dijo Luisa. - ¿qué pasa?- Repitió nuevamente
Pero sus amigas guardaron silencio.
Valeria se volteó a mirar a Marta, y vio como esta se secaba las lágrimas.
Las amigas miraban a Marta sin poder proferir palabra alguna. Estaban asombradas de ese improviso cambio de humor.
Pero no hay nada que se contagie tanto como los estados de ánimo. Y así, las mujeres, pasaron a ser solidarias con la lluvia y con Marta.
Luisa, atragantándose de pasteles preguntaba con la boca llena a Marta, mientras las lágrimas comenzaban a asomar. -“Será la el sentido de culpa por el pastel que estoy comiendo” pensó, mientras preguntaba:
- ¿Por qué lloran?- Esto lo decía mientras hacia pucheros con los labios regordetes impecablemente coloreados de rojo. Los limpió con la servilleta, donde la crema del pastel quedó grabada junto a la pintura de labios, pero aun así, el carmesí en sus labios quedó intacto, hoy día los cosméticos hacían milagros, parecen tatuarse sobre la piel, y Luisa se valía de cuanto milagro cosmético existía en el mercado.
Fue en aquel momento que comenzaron las confidencias. Fue Marta la que inició a contar, las otras también narraron lo suyo. Cada una tenía algo que agregar de su vida personal a la confidencia de la otra. Cada episodio de las nostalgias de Marta, alimentaban los recuerdos de Luisa, que interrumpía para narrar su historia, y la de ella era punto de partida para que Clara agregara lo suyo. Valeria no se quedó atrás, comenzó y todas callaron ante lo intenso de sus lágrimas y sus palabras.
Todo, duró el tiempo de la lluvia.
Luego, las cuatro mujeres secaron sus lagrimas, alisaron sus cabellos, recompusieron sus ropas.
Luisa pasó al baño a retocar su maquillaje.
Pensó, mientras se lavaba las manos que las arruguitas necesitaban ser inyectadas de nuevo.
Afuera sus amigas ya se estaban despidiendo, las alcanzó de prisa, saludó con un beso sonoro a cada una.
Luego, tres de ellas, en sus respectivos autos, emprendieron retorno a sus casas.
Mientras Clara, comenzaba a recoger las cosas en la suya,
Cada una, miraba el sol que se asomaba de nuevo, aunque la tierra olía a humedad todavía, y los charcos de la acera recordaban cuanto había llovido.
Cada una pensaba: “Que tarde tan intensa.”
Clara pensó: -Ya se fueron las tres Mosqueteras, y a mi me quedan los trastos.-
Y mientras llevaba los platos a la cocina se preguntó a si misma:
- ¿Por qué nos llamamos tres mosqueteras, si somos cuatro?-

jueves, 3 de junio de 2010

ÉRASE UNA VEZ... En casa de Alicia




….En mi jardín hay una hoja que me la regaló Alicia, no es Alicia la de las maravillas, es,la del caballito patas largas.
Fue un día, que compartimos la tarde, allí en su casa. Es una casa que queda al final del camino, luego de ese camino, parecieran terminar todas las calles y las casas.
Para encontrar el hogar de Alicia, la del caballito patas largas, debes pasar frente al palacio de Aladino, en ese palacio, dicen los vecinos, que hay muchísimas habitaciones, como debe ser en un palacio, y si paseas por sus corredores se escuchan suspiros y voces susurradas. Adentro hay magia.
La casa de Alicia, queda después del palacio de Aladino, y es una casa, junto a otras, repetidas como eco, apretujadas como doñitas friolentas, pero adentro de los ecos, las vidas son distintas.
En la casa de Alicia, sobre las paredes, se abren todos los espejos, son universos que te piden ser atravesados, solo debes desearlo.
En la casa de Alicia se regalan hojas, para que crezcan flores en el jardín del otro.
Yo se la dí a mi Emilio, que no es el Emilio de Alicia, a cada una el suyo.
Y le dije a mi Emilio: Esta hoja, me la regaló Alicia, la del caballito patas largas, uno lo tenemos en la sala, y mi Emilio sonrió al ver al patas largas en la sala.
Y le dije:” si siembras la hoja, ella nos regalará una flor que nace y muere en una sola noche, pero cuando lo hace, toda la casa se llenará de su aroma.”

Y él hizo una cuenca de tierra dentro de un jarrón de barro rojo, para darle vida a la flor del jardín de Alicia, que no es la de las maravillas, pero te regala hojas para que nazcan flores en el jardín del otro.

viernes, 28 de mayo de 2010

Para llegar hasta ti


Para llegar hasta ti,
imaginé melodías en el espacio.

De tu poblada soledad
hice un jardín suspendido.

La voz se me fue por el mar
quimera tras quimera.

Abrigada por tanto cielo,
en el horizonte,

como el mar,

te desvaneces.

miércoles, 26 de mayo de 2010

Gioconda y mis alas


Y las alas llegan.

Vienen
galopando distancias,
en la herida azul del horizonte.

Sobre el miedo
revientan las cigarras.

Gioconda,
atardecida,
cubre su sonrisa
con mis alas,
y
escucha el gemido del viento.

Y de cada grito,
después de caer la lluvia
dejará escapar
libélulas del alba.

Imagen: Fotografía de Anna Fioravanti

domingo, 23 de mayo de 2010

PARTITURA EN DOS TIEMPOS


Cabriales y yo



Cabriales y yo

Repujada en el sol
lo enlazaré a mis ojos
Para hundirme en la voz de las cigarras.

Mi piel se hará de agua
musgosa entre las piedras.
Inmóvil
en el verdor de la tierra

La palabra

Galopará cayenas
y enlazará mis aguas
a la orilla del tiempo.

Imagen: Anna fioravanti
Cabriales y yo
2010
Fotografía

miércoles, 12 de mayo de 2010

ANTES DE LA LLUVIA


Entre las ramas de los pinos de mi jardín, ha llegado un gnomo de los árboles. Se esconde, inmóvil entre las ramas.
Esta mañana, al asomarme a la ventana como hago siempre, para llenarme los sentidos de vida matutina, vi sus botas transparentes. Estaba allí, inmóvil, los brazos extendidos para aferrarse a la trinitaria amiga de mis pinos. No se ha movido en toda la mañana, allí está ahora, quieto y etéreo para permitirme ver a través de sus limites un cielo algo gris amenazando lluvia.
No sabe que lo veo, aquí donde me encuentro, mimetizada a mi vez tras los cristales de mi gran ventana, inmóvil él, inmóvil yo. Ni él ni yo queremos espantarnos. Él no se mueve, yo no me muevo, pero no dejo de mirarlo mientras escribo.
Un pájaro azul, pasó a través de su panza, y él no se ha inmutado, sigue quieto, afincado sobre una endeble rama.
Que no venga el viento y se lo lleve. Una llovizna dulce cae y moja sus botas. Mientras él resiste al viento y a la lluvia, yo escribo.
Ha parado de llover. Y la lluvia ha desatado las botas de mi gnomo de los árboles. Pero sobre la tierra, abajo, donde antes estuviera inmóvil, me ha dejado un lecho de jazmines. Y un mágico olor a tierra mojada.

miércoles, 5 de mayo de 2010

DE LA SERIE CARTAS HACIA OTROS CIELOS



Me declaro un souvenir de mis propias guerras, para saber que vivo.

Me he detenido ante el cristal de mis poemas frágiles, he mirado la imagen en el cristal, y el reflejo me ha mostrado mis límites.

Y se hace urgencia buscar mis puertos de siempre, no por ser aguas tranquilas, sino por ser parte de este mar que es mi propia memoria. Tengo a mi diestra libros de poemas, los de cada día, los que me hablan entre mis azules, los que me acompañan la caminata de pies descalzos y le ponen alas.
Y me he puesto a leer a Palomares, y, me he puesto a volar con el Sol para beberme la leche del cielo, y he buscado el Noche para bañarme con luz de estrellas, y con sus gallinas azules y mimetizarme en la luna de Chagall. Y me he metido en las cajas de Abreu colgándome como sábana ondeante a sus pinzas para no dejarme caer.
Me declaro un souvenir de mis propias guerras, para saber que vivo, me hace sentir ligera la tierra bajo mis pasos, y poco a poco remonto el vuelo, confiada entre terrenos que me son propios, he buscado a Luz Machado para sentirme parte de “La casa por dentro”, y mi rayado libro de Rafael Alberti para sentirme abrigada en sus versos sueltos de cada día.

Viajes alados, mariposa o no, siempre el azul para aliviarme la vida para sentirme parte de la locura de creer que estoy cuerda y saber que estoy viva.
Pero, no he roto los pétalos de mi flor de versos frágiles que me miran en su transparencia, quedarán allí, hasta que descubra que me hicieron buscarlas. Un día, no se cuando, un día, encontraré las alas que me lleven a su centro.

Mientras, mantendré vivas con mis poemas mis flores frágiles, sin detener mis pasos hasta encontrar mis alas.

jueves, 29 de abril de 2010

DE LA SERIE CARTA HACIA OTROS CIELOS : Carta Tres


Querida E.
Gracias por responderme con tu bella carta a mi mensaje, y que bueno que me hayas contado un poco de tu “búsqueda personal y tu nuevo rumbo”, me alegra que estés construyendo, a tu modo, que es el único que nos debemos.
Yo por mi parte, he decidido proclamarme como los locos: “una poeta de a pie”, y como nómada voy fabricando metáforas con la existencia, y encontrando mis alas a ver si las encuentro en el camino, aunque creo, que todo lo que hacemos en la vida son metáforas de nuestro propio universo, y si no, pregúntale a la memoria sobre un recuerdo dulce de la infancia y tradúcelo en sabores u olores, o en una imagen, y que es eso, sino pura poesía.
(....)
En fin, yo también a veces me detengo, a veces creo que estoy arando en el agua, o que mis semillas son estériles, otras pienso que me estoy quedando atrás como una tortuga y otras me viene a la mente la liebre que de tanto correr se quedó dormida…viendo la tortuga lejana.
A veces me digo si debo ser oveja beeeee…atificada por el pastor de turno, o creerme o sentirme una que se escapó del rebaño, y a ratos me digo que sea como sea y encuéntreme donde me encuentre no quiero ser oveja.
No se si pertenezco a esta era por haber nacido en ella y debo amoldarme a la esencia de mi tiempo, o debo ser mi propio tiempo y amoldarlo a la era con mi esencia, en fin, quien dijo que era fácil.
Pero como se que no es fácil, lo aprendemos a nuestra costa y haciéndonos heridas profundas a veces, que no se ven, ¡pero como duelen! y sea como sea, haga lo que haga, se a ciencia cierta que no debo buscar la complacencia del otro, sino su sensibilidad. Y no quiero su aprobación sino su argumentación, no deseo su mirada sino su presencia, no quiero su lectura textual sino su viaje onírico hacia su centro más intimo, y su horizonte encontrándose con el mío, lo más terrible es que mientras más camino, mientras más nos sometemos a juicios y preguntamos: “en que me equivoqué al decir ” las voces que responden se hacen babel y confusión. Y si eso se convierte en meta, lo que reforzamos buscando la aprobación del otro se hace debilidad, y se traduce en la poca fe en nuestra propia obra.
Creer en lo que eres y buscas es la esencia y si crees y dices la verdad de ti, siempre serás verbo y palabra, imagen y semejanza. Signo y esencia.
En fin, que no creo que me he quedado encerrada en mí, y no he perdido los mejores años, creo que hemos vivido para ser lo que somos, creo que todos somos crisálidas…. Estamos desesperados por nacer mariposas y creemos que nos convertimos en larvas con el tiempo, y seres tan frágiles encierran la esencia de la vida y el vuelo
En fin, tienes razón, es difícil, a veces me vuelvo autista por elección, es mejor hablarnos el alma, o encontrarnos primero para saber de que queremos hablarle al otro. Y encontrarnos no es una carrera en contra del tiempo, tal vez nunca nos encontremos , pero eso sí, siempre nos vamos descubriendo nuevos, y…siempre hay alguien como uno del otro lado del puente… que lo mira y se atreve a traspasarlo…no caminamos en vano en este camino del arte, .. Lo importante es no perder de vista el camino ni dejar de sentir el suelo que pisamos.. solo así descubriremos las alas que nos acompañaron el espíritu siempre.
…Pero también de eso tiene la vida…y el arte es vida sobre todo vida.
Un abrazo grande… siempre te recuerdo
Tu amiga
Anna

domingo, 25 de abril de 2010

DE LA SERIE: CARTAS HACIA OTROS CIELOS





Carta a G. y H.

Se me detienen las horas cuando escribo, y me hago espacio desbordado, maestro y amigo, gracias por desnudar mi espíritu, perdona el pudor que me embarga, y la sensación de fragilidad que me hace brotar lagrimas al saber que me han leído los silencios.
¿Cómo decirte? cuando veo estas pequeñas letras que surgen espontáneas, y pienso en el poder que ellas nos otorgan y el valor que poseen, los mundos que se otean a partir de la imagen que nos sugieren, cuando se avizoran a lo lejos y casi con timidez pero con firme certeza y nos muestran el paisaje de todos los posibles.
Cuando las tejo como la araña hace su tela, me siento un dios abriendo paso al manantial de la vida, y me hacen saber humana al no encontrarlas a veces. Y entonces me cobijo con ellas, y tejo como lo hacía mi nonna con hilos de lana, y luego mi madre, una frazada de sueños.
Observarlas juntas transmutando un mundo construyendo un universo, me hace azul y me transporta en un espacio lúdico otorgándome poder divino, pero que divino poder me embarga cuando el saberme humana observo de mis limites y me arriesgo a traspasarlos. La palabra me hace saber que terrible sería ser dioses y nunca haber sido humana para poder tejer frazadas de esperanzas.
El todo y la nada, que cada una encierra, y al juntarlas, ellas dócilmente se acoplan en un gesto cómplice, confidencialmente se asocian sin importarle si hasta hace un instante eran perfectas desconocidas y una llama a la otra en simbiosis armónica para crear un mundo.
Se que no caerán en el vacío estas voces que junto para enviarte con un sonido hecho de celestes, ni se volverán semilla estéril. Por eso te las digo.
No has dejado de volar cometas, y te detienes a contemplar la luna que dentro de ti habita, para eso tienes la sensibilidad del hacedor de historias y la magia del cuenta cuentos, tienes el don del dar y la capacidad de recibir y es por esto que he querido desde mi propio cielo y en encuentro onírico, tocar la puerta del tuyo donde habitas con H…. y visitarte.
Tú y él que son almas gemelas, sus espíritus poetas no desconocen que he llenado de otras esperanzas mi camino, y no le concedo a mi andar el valor de meta pues aborrezco los limites, me he nombrado una poeta de a pie, y camino sobre senderos frágiles y etéreos y en mi universo azul y transparencias, doy pasos hechos de palabras para crear mis propios mundos. Soy caminante, que recorre sus senderos , pretendiendo quedarse en cada espacio que anda, sin dejar de andar todos los mundos posibles,y no me quedo en uno, sino en todos esos rostros que guardas, donde tú y H…. reposan las horas de sus sueños y son prisma donde la fuerza del espíritu y fragilidad humana se desposan, y de este modo, sin estar contigo y H…. y en una nave espacial hecha de azules, me marcho quedándome.
Y me quedo andando, en un pasar eterno y sin fronteras.

Abril 2010

Anna Fioravanti


Imagen: Autora Anna Fioravanti
Tintas sobre papel

domingo, 24 de enero de 2010

LA NOCHE AVANZA


Seguiré mirando el cielo
desde la etérea forma de una nube
que se ha adherido a mi espalda.

Mientras escucho las voces en coro de los planetas.

Aquí,
como en un escenario,
soy actor y público a la vez.

La noche avanza.

Soy mi día y mi noche
cambio mi traje azul
por terciopelo negro.

Solo así
podré contemplar
la ausencia.

14.sept. 2009

Dedicatoria

A mi madre, luna plateada,que alumbra mi cielo cuando se oscurece.

este cielo

Este cielo
es solo un pedestal de luna
que cuando llueve
todo es poseído.

Como en un espejo claro
yo puedo andar este cielo invertido
con mi cara entre luz y espejo

En el punto horizontal del infinito,
donde tierra y espacio juegan con las pupilas,
y las retinas se impregnan de lejanía,
allí detuve mis pasos,
miré la distancia,
y vi
lo que otros me han dicho se llama
celeste.
Para escuchar y soñar
la noche
se detiene de espaldas.

Y en las horas cavernarias,
en un festín de estrellas
las sombras huelen a furor,
a río que suena,
a escarabajos,
a cazadores de miradas perdidas.

11-02-05